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Brandy Winstorm


...Un sueño ...Una esperanza ...Una realidad

‘World Winner Dog show 2002, Wereldkampioen’, Amsterdam... Miré maravillada, y casi atónita, aquél reconocimiento. Llena de recuerdos, continué con la mirada fija mientras revoloteaban en mi memoria imágenes de bellos momentos, grandes esfuerzos, innumerables cuidados e incontables sucesos que se dieron a partir del invierno del ‘98, cuando comenzó a forjarse desde lo más profundo de mi corazón un sueño tan sublime como emprender un recorrido a lo desconocido, como un viaje tomada de la mano por una estrella.

‘Poodles’, ‘exposiciones’, ‘Lilí’, ‘Criadero Glamour’, ‘Yorkshires’... Ideas sueltas que hicieron esbozar una sonrisa y hacer retroceder los vuelcos de mi corazón al ‘97, cuando Liliana Junco, amiga mía, me trajo de Estados Unidos a quien sería la ascendente en poco de mi sueño: Vodka, mi primera Yorkshire, y quien me llenó de orgullo con sus campeonatos: Mexicano e Internacional.

Con Lilí, criadora y propietaria del Criadero Glamour, y gran conocedora de esta raza, apoyando incondicionalmente mi enorme deseo de hacer trascender no solo la belleza sino las grandes cualidades de Vodka, crucé a mi primera yorkie con ‘Real at Parkside’, múltiple ganador de diversas exposiciones (BIS, Ch. Mex, GCM, Ch Int, Ch Am, Ch Cub), así como Gran Campeón Cubano y Mejor de Exposición, ejemplar suyo multicampeón de renombre nacional e internacional, no solo por sus títulos, sino sobretodo por el gran trabajo de su dueña Liliana Junco.

...Y así, nació la descendiente de "Vodka" y "Real at Parkside" (Odin) "Brandy's Windstorm (Ortiz)".

La risa ganó a una lágrima escapista, y el retrato de aquella cachorrita de un tamaño más grande de lo normal, de pelo sedoso pero insurto y a quien consideraba ‘fea’, se comenzó a mitigar cuando certeramente Lilí profetizaba el éxito a corto plazo Gran ejemplar en ella.

...Y una imagen reconstruye otra, y así sucesivamente...

Y entre múltiples fotografías del pasado y sueños a futuro, ilusiones y esperanzas, surgió la idea de emprender de un modo totalmente formal el camino que ya tenía trazado Brandy.

...Así surgió la idea de emprender el camino de un modo totalmente formal a las exposiciones nacionales e internacionales de belleza canina.

Nuevamente, pero con los ojos cerrados, evoqué a futuro el símbolo de lo que hoy es, y en ese momento fue el anhelo de mi cachorrita como el mejor ejemplar de belleza mundialmente reconocida.

En un "flash back" de mi memoria despertó la imagen de mi gran amigo: el Ing. Ramón Ricardo, experto conocedor de los parámetros de belleza canina, magnífico manejador de renombre mundial por su distinguida trayectoria por su trabajo y como estilista, así como por su excelencia en la crianza de Poodles.

Entre largas horas de acicalamiento, baños, aceites y ‘amolotar’ su sedoso y abundante pelo, trabajando con el Ing. Ramón en perfecta armonía: le enseñó a caminar y a comportarse en los rings y mesas de exposiciones, a ser obediente y paciente en sus largos tratamientos de belleza y los múltiples cuidados que, día a día, le hemos dado desde su nacimiento hasta estos días.

Un suspiro me sorprendió nuevamente, y sin darme cuenta, mis ojos se postraron en la primera moña azul, donde surgió de modo incipiente, el camino a pequeñas grandes satisfacciones: el primer lugar de raza: comienzo de una excelsa carrera de triunfos que, poco tiempo después se reafirmaría con el título de Campeona Mexicana y luego siguió el de Gran Campeona Mexicana. Comenzaron a sobrevenirle los títulos: en el 2001 el Campeonato Latinoamericano, posteriormente en el Campeonato Internacional en mayo del 2002.

Sentada frente a mi computadora, observé orgullosa uno a uno los títulos de mi gran ejemplar, mi segunda Yorkie: uno sucedía al otro, de Nacional a Internacional, de Internacional al Latinoamericano hasta su primer gran reconocimiento: Campione Giovane del Mondo 2000, en Milán, Italia; de ahí, se dieron otros tantos, y así como su hermoso y largo pelo se extendía como cascada, los reconocimientos comenzaron a dar trayectoria a quien en poco tiempo después nos llenaría de orgullo: a propios conocedores de su trayectoria y a ajenos admiradores de exposiciones, sorprendiéndonos con el título más codiciado por expositores y criadores de todas las razas:, ‘Wereldkampioen 2002’; y por si fuera poco para muchos: ‘Kampioenschaps Nederland’, (Campeonato Mundial 2002 y Campeonato Holandés).

En realidad, hoy por hoy, Brandy’s Windstorm (Ortiz), fruto del amor, del esfuerzo, la dedicación, el sueño del logro, la esperanza de su éxito y la realidad de su trayectoria, han generado el maravilloso anhelo de continuar con su estirpe: una casta plena de belleza, y sobretodo: de ilusiones capaces de generar realidades plenas en fomento a la perfección racial en sus futuras generaciones de multicampeones.

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